Hay pacientes que llegan a consulta con desconfianza: hacia el producto, hacia el sector o incluso hacia ti. Saber gestionar esa actitud sin tomártela como algo personal es clave para ayudarles y reconvertir esa resistencia en confianza.
1. Comprende el origen de su desconfianza
- ¿Tuvo una mala experiencia con otro centro?
- ¿Le hicieron sentir presionado en otra ocasión?
- ¿No entiende la tecnología y le asusta?
2. Refuerza tu papel como profesional sanitario Explícale que tu objetivo es ayudar, no vender. Habla desde el conocimiento clínico, no desde el interés comercial.
3. Ofrece opciones, no imposiciones “No tienes que decidir nada hoy. Vamos a hacer una evaluación, ver cómo estás y luego hablamos con calma de las posibilidades”. Eso baja la tensión y abre el diálogo.
4. Apoya tu discurso con datos y testimonios Muestra casos reales de éxito, reseñas o estadísticas. Esto da credibilidad sin sonar a discurso comercial.
5. Mantén la calma y la actitud profesional No entres en confrontación. Sé paciente, responde con hechos, y si es necesario, da espacio para que decida otro día.
Un paciente desconfiado necesita más tiempo, más empatía y más seguridad. Si logras vencer esa barrera, habrás ganado no solo una venta, sino un paciente fiel.
